El Pirineo Oriental alberga buenas zonas para el alpinismo invernal. La Serra del Cadí, el Circo de Cambre d’Aze o incluso la zona de Puimorent (Vignole, Baiette, Font Freda) son las zonas más populares.
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Canigó
el hielo Mediterráneo
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Pero más allá de estas zonas tan concurridas, existe un impresionante circo alejado de las populares zonas comentadas:
El Circo del Canigó-Barbet.
Un lugar solitario debido a su larga aproximación cuando la nieve impide remontar la pista que da acceso al Refugio de los Cortalets, la mejor base para estas montañas.
Hacia el Este, las pendientes descienden hasta llegar al Mediterráneo sin ninguna otra montaña que se interponga hasta el mar.
Excepcionalmente, algún invierno comienza con una levantada en altura. A veces esta situación se ha producido a primeros de Diciembre, antes incluso de la llegada del invierno. Entonces no podemos desaprovechar la ocasión para subir en coche lo más arriba posible.
El bomboncito del Circo es sin duda la goulotte Directa Escarra-Muxart en la cara este del Canigó.
Pendientes mantenidas, resaltes tiesos y un largo clave con tramos mixtos, le ponen la salsa a esta bonita goulotte.
Para acabar de rematarlo, unas vistas excepcionales: las luces de una magnífica puesta de sol en la cima y la sombra del Canigó llegando hasta el mar Mediterráneo, completa un día para recordar durante mucho tiempo.
En el mismo Circo hay otras rutas más efímeras y expuestas: La Veine Blanche en la misma pared del Canigó, a la izquierda de la Escarra, y el Diedro Sala-Bobo del Barbet son dos opciones en esa línea, siendo sin duda las escaladas en nieve-hielo más orientales del Pirineo.
RAFA VADILLO