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El Invierno de Mi Vida
Rafa Vadillo
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Doy por acabado “El invierno de Mi Vida”. Un invierno que ni en el mejor de mis sueños hubiera imaginado.
Hace más de 35 años que escalo cascadas de hielo. A lo largo de estos 35 años he tenido la suerte de escalar mucho y en muchos lugares diferentes, llegando al día de hoy con la misma ilusión y motivación del primer día.
No soy ni he ni sido nunca un alpinista de alto nivel. No tengo el físico ni las aptitudes para serlo. Tampoco la motivación para entrenar. Escalo porque disfruto haciéndolo, a mi nivel y conociendo muy bien mis limitaciones.
Huyo de las polémicas en las que demasiado a menudo se ve envuelto el mundo de la montaña. Viviendo y dejando vivir como filosofía existencial. A fin de cuentas, no saldremos con vida de esta vida.
Quizás por eso ni me interesa ni me han interesado nunca las cifras y las letras relacionadas con el alpinismo y la escalada. Metros, grados, horarios… no forman parte de lo que me motiva para comenzar una tras otra, las temporadas invernales.
Las vivencias y las personas relacionadas con ellas son lo que realmente me llena. Eso y mi otra pasión: VIAJAR
Gracias a los viajes de alpinismo y escalada puedo decir que tengo buenos amigos en Rusia, Kazajistán, Suecia, Croacia, Turquía, Canadá, Italia, Francia y algún que otro lugar más.
Y si además, la exploración, el descubrimiento y una dosis de aventura, forman parte de las escaladas, puede rozar entonces la perfección. Y ha sido este invierno el que más se ha acercado a esa perfección.
4 viajes de escalada en poco más de 3 meses. 4 viajes de los que he vuelto siempre con alguna cascada nueva abierta, gracias a los grandes alpinistas que he tenido como compañeros. 4 grandes vivencias, compartidas con buenos amig@s y de los que he regresado con nuevas amistades.
Los viajes del “invierno de mi vida” comenzaron a mediados de enero en la zona de Anatolia, en el este de Turquía. Allí dejamos los 500 metros de una buena apertura. Aunque a Jacky y a mí nos faltó tiempo para escalar el último resalte.
Con el tiempo justo para lavar la ropa, marchaba para el que ha sido mi tercer viaje al sur de Siberia, justo en la frontera con Mongolia. De allí regresé con la apertura de 3 nuevas cascadas de hielo junto a dos buenos amigos rusos y uno kazajo.
A finales de febrero regresaba por cuarta vez a nuestro pequeño paraíso del hielo en Laponia. Allí quedó la escalada de una nueva cascada que he perseguido en cada uno de los viajes anteriores. En esta ocasión junto a buenos amigos italianos.
En abril llegó el gran proyecto con el que habíamos estado soñando durante el último año. Muchos meses de gestiones, incertidumbres y nervios. El gran proyecto que siempre había soñado: una expedición de exploración de cascadas de hielo en un lugar inexplorado: el Ártico Ruso.
El «invierno de mi vida» justo ha llegado a su fin y ya nuevos proyectos dan vueltas en mi cabeza, manteniendo ocupada una mente apasionada que nunca deja de tener sueños. Porque un sueño siempre es el punto de partido para una nueva vivencia.
¡¡No dejemos de soñar!!
RAFA VADILLO
Nota: Por estas escaladas fui incluido a los Premios Juanjo Garra de Alpinismo y Expediciones de la FEEC (Federació d’Entitats Excursionistes de Catalunya – Federació Catalana d’Alpinisme i Escalada).